sábado, 2 de enero de 2010
Escuelas y agentes educativos
ANA HELVIA QUINTERO. 02-Enero-2010 |PROFESORA UPR
Escuelas y agentes educativos
Un nuevo año es ocasión de reflexionar sobre nuestras acciones y concepciones. En el ambiente educativo es necesario evaluar concepciones que obstaculizan el que mejore nuestro sistema educativo. Una de éstas es la que encapsula la educación dentro de la escuela como sistema cerrado enfocado en el currículo, avalúo y estándares. Se obvia que la educación es un proceso amplio que se inicia cuando nacemos y que continúa durante toda la vida. El proceso se nutre de experiencias con la familia, con el sistema escolar y con los recursos culturales. Este último está constituido por un conjunto de instituciones, como las bibliotecas, centros deportivos, iglesias, cines, la televisión, escuelas de baile, de música, artes, entre otras. Para un desarrollo educativo positivo estos elementos deben reforzarse mutuamente.
La escuela tiene que estar consciente de estos múltiples ámbitos educativos y articularlos a la diversidad de experiencias de sus estudiantes. Requiere repensar su organización y la labor de su personal, sobre todo en situaciones en las cuales las experiencias de los estudiantes en los otros ambientes educativos no apoyan su labor escolar. Existen varios ejemplos de programas que articulan su labor para mejorar las experiencias educativas del estudiante, tanto escolar como en los otros ambientes educativos. Un ejemplo se desarrolló en el estado de West Virginia para atender estudiantes con bajo rendimiento escolar. El estado desarrolló una alianza entre las escuelas y los servicios sociales de su comunidad, creando el concepto de “Schools as Community Social Service Centers”. Así se desarrollaron vínculos de colaboración entre las escuelas y las agencias del gobierno, las empresas y grupos comunitarios para ampliar los programas dirigidos a apoyar al estudiante tanto académicamente como con sus necesidades psicosociales. Una de estas organizaciones recluta voluntarios que van a la escuela durante el horario regular a trabajar de uno a uno con estudiantes que tienen dificultades con las tareas escolares. Otra escuela tiene una alianza con la YMCA que ofrece apoyo a los estudiantes en horario extendido. La agencia estatal de salud, a su vez, establece alianzas para ofrecer en las escuelas orientación sobre la salud, y servicios preventivos a los estudiantes. Otras escuelas tienen personal de diversas agencias gubernamentales que ayudan a las familias de los estudiantes a hacer el contacto con la agencia que les pueda ayudar con sus necesidades y problemas. Otro ejemplo exitoso es el Harlem Children’s Zone el cual ha servido de modelo ancla de la administración Obama para impulsar programas para mejorar la educación en áreas de problemas sociales y fracasos escolares.
Diversos estudios sobre escuelas, con altas tasas de rezago académico, y bajas tasas de retención y graduación, que han integrado servicios de apoyo dentro de la escuela han evidenciado incrementos significativos en la retención y graduación. Estos estudios demuestran que cuando los programas de servicios sociales y de apoyo a los niños y las familias se ofrecen aparte, no son tan efectivos. La integración concertada entre la escuela y los servicios en el ámbito escolar es lo que ha producido mejoras en el aprendizaje y en la retención y graduación. Concluyen que “los servicios integrados al estudiante deben ser parte de cualquier reforma educativa”.
En Puerto Rico, Nuestra Escuela ilustra la efectividad educativa de este modelo. Con una educación personalizada y servicios integrados de apoyo, cientos de jóvenes que abandonaron la escuela han completado su escuela superior, y muchos han seguido estudios post-secundarios. Nuestra Escuela y otros centros exitosos en el desarrollo de la integración de la escuela con otros agentes educativos y de apoyo social podrían servir de laboratorio de aprendizaje para ir adoptando elementos de este modelo en nuestro sistema educativo.
Escuelas y agentes educativos
Un nuevo año es ocasión de reflexionar sobre nuestras acciones y concepciones. En el ambiente educativo es necesario evaluar concepciones que obstaculizan el que mejore nuestro sistema educativo. Una de éstas es la que encapsula la educación dentro de la escuela como sistema cerrado enfocado en el currículo, avalúo y estándares. Se obvia que la educación es un proceso amplio que se inicia cuando nacemos y que continúa durante toda la vida. El proceso se nutre de experiencias con la familia, con el sistema escolar y con los recursos culturales. Este último está constituido por un conjunto de instituciones, como las bibliotecas, centros deportivos, iglesias, cines, la televisión, escuelas de baile, de música, artes, entre otras. Para un desarrollo educativo positivo estos elementos deben reforzarse mutuamente.
La escuela tiene que estar consciente de estos múltiples ámbitos educativos y articularlos a la diversidad de experiencias de sus estudiantes. Requiere repensar su organización y la labor de su personal, sobre todo en situaciones en las cuales las experiencias de los estudiantes en los otros ambientes educativos no apoyan su labor escolar. Existen varios ejemplos de programas que articulan su labor para mejorar las experiencias educativas del estudiante, tanto escolar como en los otros ambientes educativos. Un ejemplo se desarrolló en el estado de West Virginia para atender estudiantes con bajo rendimiento escolar. El estado desarrolló una alianza entre las escuelas y los servicios sociales de su comunidad, creando el concepto de “Schools as Community Social Service Centers”. Así se desarrollaron vínculos de colaboración entre las escuelas y las agencias del gobierno, las empresas y grupos comunitarios para ampliar los programas dirigidos a apoyar al estudiante tanto académicamente como con sus necesidades psicosociales. Una de estas organizaciones recluta voluntarios que van a la escuela durante el horario regular a trabajar de uno a uno con estudiantes que tienen dificultades con las tareas escolares. Otra escuela tiene una alianza con la YMCA que ofrece apoyo a los estudiantes en horario extendido. La agencia estatal de salud, a su vez, establece alianzas para ofrecer en las escuelas orientación sobre la salud, y servicios preventivos a los estudiantes. Otras escuelas tienen personal de diversas agencias gubernamentales que ayudan a las familias de los estudiantes a hacer el contacto con la agencia que les pueda ayudar con sus necesidades y problemas. Otro ejemplo exitoso es el Harlem Children’s Zone el cual ha servido de modelo ancla de la administración Obama para impulsar programas para mejorar la educación en áreas de problemas sociales y fracasos escolares.
Diversos estudios sobre escuelas, con altas tasas de rezago académico, y bajas tasas de retención y graduación, que han integrado servicios de apoyo dentro de la escuela han evidenciado incrementos significativos en la retención y graduación. Estos estudios demuestran que cuando los programas de servicios sociales y de apoyo a los niños y las familias se ofrecen aparte, no son tan efectivos. La integración concertada entre la escuela y los servicios en el ámbito escolar es lo que ha producido mejoras en el aprendizaje y en la retención y graduación. Concluyen que “los servicios integrados al estudiante deben ser parte de cualquier reforma educativa”.
En Puerto Rico, Nuestra Escuela ilustra la efectividad educativa de este modelo. Con una educación personalizada y servicios integrados de apoyo, cientos de jóvenes que abandonaron la escuela han completado su escuela superior, y muchos han seguido estudios post-secundarios. Nuestra Escuela y otros centros exitosos en el desarrollo de la integración de la escuela con otros agentes educativos y de apoyo social podrían servir de laboratorio de aprendizaje para ir adoptando elementos de este modelo en nuestro sistema educativo.
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